Las ideas y opiniones que leemos a diario en las redes sociales son publicadas a través de diferentes formas que generan nuevas interacciones dentro de los distintos espacios virtuales de encuentro, conexión y divulgación de pensamiento. Muchas de estas ideas, vertidas en los espacios digitales, se han tornado volátiles por su propia característica expresiva. En particular, los memes que a diario cobran un mayor alcance por su forma de manifestación, entretenimiento o crítica.
Los memes de internet, tal y como los conocemos, aparecieron aproximadamente entre el año 2000 y 2002. Lo que se describe como un meme de internet se presenta como aparente novedad, no solo como acción comunicativa en los medios digitales, sino también como una forma de acercamiento al periodismo ciudadano y a su vez un sentido que toma la forma de cultura participativa. Las afirmaciones anteriores sugieren que, estos memes, pensados como una forma de manifestación comunicativa, han conseguido apropiarse de un importante valor comunicacional que expande sus características como signo lingüístico.
Como todo producto comunicativo, los memes que encontramos en las redes sociales tienen implícitamente una capacidad de transmitir narrativas en espacios digitales que exponen múltiples realidades que van desde propuestas ideológicas hasta contenidos informativos alineados a una crítica política que inciden en las lógicas de interacción social.
De la noticia al meme, ¿o del meme a la noticia?
Hay una amplia lista para citar algunos ejemplos, pero cualquiera hará que nos quedemos cortos en la explicación. Por mencionar uno, la crisis sanitaria que atraviesa el mundo por la COVID-19 ha sido un detonante para la difusión de diferentes mensajes en relación con la pandemia. Al ser una cuestión de interés y conocimiento global se privilegia la característica de temática autorreferencial con expresiones en común contexto que ofrecen los memes.
En paralelo, cuando se dio el reciente anuncio por parte de Rusia al informar los resultados de la primera vacuna contra el coronavirus, los medios digitales hicieron una cobertura del tema como el caso del diario mexicano El Universal que tituló: «Memes, el efecto colateral de la nueva vacuna rusa contra el Covid-19» (Eluniversal.com.mx, 11 de agosto de 2020). Los memes no sólo alcanzan una forma de expresión, ahora es común ver que son fuente para la generación de noticias que cuentan como esto o aquello se hizo viral. En un tono similar, también se difundió en el periódico digital español 20minutos que tituló: «Los mejores memes sobre Sputnik V, la vacuna que ya ha probado la hija de Putin y que promete una inmunidad estable» (20minutos.es, 12 de agosto de 2020). Estos contenidos noticiosos no solo privilegiaban la información de interés mundial, también ofrecían una mirada crítica de las reacciones difundidas por los cibernautas.
Por supuesto que la política tampoco se queda atrás al ser un «jugoso» espacio para la generación de memes de internet. Recientemente, durante la posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó la atención un señor canoso sentado de brazos cruzados, abrigo, guantes y mascarilla quirúrgica. A simple vista pareciera no tener mayor sentido hablar de él, pero por algún motivo su lenguaje corporal llamó poderosamente la atención se los usuarios de Twitter que el nombre de Bernie Sanders, senador estadounidense de Vermont y excandidato para la Presidencia de los Estados Unidos, fue viral por su particular forma de estar durante la investidura de Biden.
Así pues que cada vez que abrimos el Facebook o hacemos scroll en la línea de tiempo de Twitter podemos percibir una idea de una comunidad virtual que esta en modo vigilancia para generar contenidos relacionados a temas de actualidad. Si lo pensamos, no pasan más de un par de minutos cuando —a partir de una noticia— ya se dispara un nuevo meme que cobra risas en las redes. Añadiendo un elemento adicional al desarrollo de esta temática, también puede destacarse que muchos de estos contenidos de humor que encontramos en la virtualidad empiezan a formar también parte de la construcción de los hechos noticiosos que ofrece la prensa digital.
Del uso de internet resulta un proceso natural de socialización, a través del que se logra, por una parte, la satisfacción en la búsqueda de la información y por otra, la propia expresión de los usuarios. Estas continuidades o cambios graduales que vivimos en los entornos virtuales siguen sumándose con la aparición de nuevos formatos que amplían los horizontes para interpretar los cambios que vive la comunicación digital se produce la transformación de las formas de difusión, la creación de nuevos espacio y nuevas formas de participación en las redes sociales.
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